"Ni sumisos, ni pasivos... la revolución comienza"
Mientras en la Cámara de Diputados se llevaba a cabo la ceremonia oficial de la toma de protesta del presidente Enrique Peña Nieto, en los alrededores de San Lázaro grupos y organizaciones de toda la república llegaron desde las cuatro de la mañana para manifestarse por su desacuerdo al regreso del PRI a la presidencia.
A temprana hora del primero de diciembre comenzaron a llegar los grupos opositores de diversos estados del país, entre los que se encontraban organizaciones ya conocidas como: SNTE, Atenco, representantes de Anonymus e integrantes de "Yo soy 132", quienes a partir de las siete de la mañana comenzaron a organizarse para expresar su descontento con el gobierno entrante.
"Lucha, lucha, lucha, no dejen de luchar, por un gobierno obrero, campesino y popular", así se escuchó al unísono la voz de lo que sería una "manifestación pacífica". Al querer reprimir la protesta, el cuerpo de ganaderos de la Policía Federal comenzó a lanzar gas lacrimógeno a los chicos que violentamente respondieron incendiando neumáticos y aventando pedazos de un parabús, que minutos antes habían destrozado.
"Durante el violento enfrentamiento resultaron heridas varias personas entre ellos: Carlos Yahir Valdez, quien recibió el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno en la cara y fue trasladado a la Cruz Roja de Polanco, donde se informó que su estado de salud era grave.
Después de varias horas de confrontación con la Policía Federal, al enterarse que Enrique Peña Nieto había abandonado el recinto, decidieron marchar rumbo a Palacio Nacional y terminar ahí el movimiento opositor.
En un intento por reprimir el movimiento, los manifestantes fueron interceptados por la policía de la gobierno del Distrito Federal frente al Palacio de Bellas Artes, quienes los estaban esperando para evitar su paso al Centro Histórico, mismos que al ver cómo destrozaban un restaurante instalado en Avenida Juárez solicitaron refuerzos. Hecho que causó una nueva confrontación, siendo ésta la más violenta y aun cuando eran doblados en número por los granaderos, los protestantes lucharon armados con bombas molotov y todo lo que destrozaban a su paso.
"Muera el capital y el mal gobierno, EPN 1 día, 1 muerto. Peña Asesino", esta entre otras frases fueron pintadas por todas las calles colindantes. Durante la revuelta, los protestantes destrozaron diversos establecimientos y mobiliario público que fue utilizado en contra del cuerpo de granaderos que derivó la detención de 22 personas. En la recién remodelada Alameda Central y entre los desperfectos ocasionados se pudo observar el mensaje opositor al nuevo gobierno "Primer día, bienvenido Peña".