Decisiones que llevaron al PAN a la debacle
El Partido Acción Nacional cayó por su propio pie, ha decepcionado tanto a sus militantes como a la población en general y ahora tendrá que recoger los residuos de sus fallas y su propia guerra interna que dieron pie al voto de castigo que le fue otorgado en las elecciones del pasado 1 de julio y contribuyó, en gran medida, al regreso del PRI a la silla presidencial.
Después de ser el segundo partido, con menos de la mitad de los cotor otorgados al partido oficial, en el 2000, el PAN consiguió su primer gran triunfo, al presentar a un candidato fuera de lo común, charro y popular, con esa cercanía a la población basada en sueños guajiros y propuestas que sólo marcarían "su primer gran gobierno". Durante el mandato de Vicente Fox, el presidente "gran demócrata" que había cambiado el régimen, la política internacional se deterioró a gran medida, pues México nunca se había visto tan dependiente de Estados Unidos al perder el liderazgo que tenía en América Latina, lo que provocó una ruptura con países como Cuba y Venezuela.
A pesar de todas aquellas propuestas incumplidas y de la creciente decepción que generaba su mandato, se podría decir que Fox jugó bien sus cartas, mientras él desperdiciaba la gran oportunidad que se le había dado al PAN después de toda una vida, su querida esposa Martha Sahagún era quien hacía política y tranquilizaba a la población.
Y así fue terminando su sexenio, abrió paso a las muy cuestionadas elecciones del 2006 y se eligió un candidato menos popular que el entonces presidente, pero con una inteligencia estratégica que lo posicionarían en la gran silla después de la contienda.
Felipe Calderón fue popularizado por los medios de comunicación y su gran campaña electoral se basó en el desprestigio de López Obrador, su triunfo se mantuvo en duda hasta en más de 20 mil seguidores panistas, quienes abandonaron su registro en el partido y afirmaron que existió un gran fraude electoral, el embarazo de urnas, la desaparición de plantillas y algunas irregularidades en los números del PREP, llevaron a la sociedad opositora a levantarse.
Y así Calderón entró por la puerta de atrás a gobernar, comenzó con la ruptura interna de su mismo partido, donde se llevaba un fuerte debate en contra de las decisiones que hacía para sus mismos militantes.
Entonces, Felipe Calderón para enmendar los errores de Fox y su misma elección recompuso las relaciones con América Latina pero concentró su mandato en una política de carácter empresarial y su llamada "Guerra contra el Narcotráfico". Gran error, pues fue la gota que derramaría y esparciría a más de la mitad de sus allegados y seguidores.
Dicha lucha contra el narcotráfico ha sido cuestionada tanto por panistas mismos como por académicos, medios de comunicación, partidos de oposición y hasta por el gobierno de Estados Unidos; no solo por la cantidad de muertos que fueron incrementando durante su sexenio, o por los lugares en que se llevaba dicha guerra, sino por ciertos grupos delictivos y el paradigma de un acuerdo de protección hacia Joaquín Guzmán Loera "El Chapo" Guzmán.
Hay serias preguntas que hacer sobre la efectividad de la estrategia militar del último sexenio. "Ha traído consigo resultados impredecibles y poco exitosos en cuanto a la reducción de la violencia... Y por ello, la erosión de la legitimidad de una guerra que nunca contó con una estrategia clara, con una serie de objetivos medibles, con una visión de éxito cuantificable", así manifestó su opinión Denise Dresser, analista política.
Así que todos esos errores, visibles y lastimeros, no enfadaron tanto a la sociedad como el hecho del humo blanco que el ex presidente presentaba, la guerra controlada y el país avanzando para "vivir mejor".
Así terminó su gobierno, señalado y reprochado por la misma población, aventando al ruedo a su secretaria de Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota, como candidata a la presidencia de la República, con el desprestigio de la gente, el partido dividido y sin el apoyo visible ante la gente del presidente, "líder de su partido".
La gran campaña electoral que desempeñaron tanto Enrique Peña Nieto como Andrés Manuel López Obrador, y el descontento social ante su partido fue lo que posicionó al PAN en tercer lugar en votaciones donde la gente decidió otorgarles el voto de castigo.
Por ello y sin la venda en los ojos, el secretario nacional de elecciones del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN, Arturo García tuvo que aceptar que la caída de un millón 800 mil votantes puede ser la simple vista de un partido vaciándose después de una gran derrota como lo fue para ello el regreso del PRI el 1 de julio militado por Enrique Peña Nieto.
El partido entró en shock, ahora no saben qué hacer o cómo manejarse entre sí, han cambiado por completo sus mismas reglas inamovibles, tan es así que hoy los integrantes del Consejo Político Nacional serán electos bajo asambleas estatales, ya no por designación, es decir, vía dedazo de la Asamblea Nacional, mientras que el mismo Ernesto Cordero desiste de aspirar a ser líder nacional del PAN.