Cambio Climático
El calentamiento global puede parecernos demasiado lejano e improbable para preocuparnos, las advertencias sobre el cambio climático suenan a veces como una táctica propagandística de los ecologistas para forzarnos a abandonar nuestros coches y cambiar nuestro estilo de vida.
Sin embargo, si se acepta lo que el mundo se niega a ver, los resultados de dicho fenómeno no son favorables: el hielo se funde, los ríos se secan y las costas se erosionan, amenazando todo tipo de ecosistema y la vida que nos conforta y conocemos hoy.
Por pequeña que sea, la variación de temperatura afecta el ciclo del agua, la frecuencia de los fenómenos climatológicos normales y hace más catastróficos los desastres naturales, rompiendo con el equilibrio ecológico en el cual se sustenta la vida en la Tierra.
El rápido incremento del cambio climático se debe a la acumulación en la atmósfera de Gases de Efecto Invernadero (GEI), emitidos por actividades humanas, por ello El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) indicó que dicho incremento de origen antropogénico se debe su origen a las actividades como la combustión de los energéticos fósiles y la deforestación.
Los GEI desempeñan un papel fundamental en el desequilibrio energético del sistema climático, su función como la de una cobertura de invernadero, es necesaria para mantener una temperatura adecuada en la Tierra, sin la acumulación de estos gases la temperatura de la atmósfera en el planeta sería aproximadamente 33 grados centígrados más fría.
Pero una concentración excesiva de dichos gases, provocaría un aumento de la temperatura media del planeta que dificultaría la vida.
Impacto en México
En la actualidad, los cambios inducidos en el clima global causan cambios más rápidos en el hábitat de los seres vivos que los experimentados en millones de años. Incrementos en la temperatura planetaria que en el pasado transcurrían a lo largo de 10,000 años están ocurriendo ahora en décadas, y el potencial de adaptación biológica de muchas especies es rebasado por la velocidad de las transformaciones.
La continuidad de este fenómeno podría causar la extinción de muchas especies, sobre todo, aquellas de nichos muy específicos que no tienen la posibilidad de adaptarse a las nuevas y cambiantes condiciones. A su vez, la desaparición de otras especies puede afectar la distribución de otras que interactúan entre sí y modifican la estructura del ciclo en ecosistemas completos.
Algunos impactos más obvios se comienzan a notar en ecosistemas costeros mexicanos, en partículas en las lagunas de manglar y los arrecifes coralinos, ambos ya bajo fuerte presión por el crecimiento expositivo de nuevos desarrollos costeros y la transformación de temperatura media en el agua.
Por otro lado, las oscilaciones en las características oceanográficas son también motor de grandes anomalías climáticas que impactan severamente a la tierra y al mar.
El incremento en las temperaturas superficiales del Pacífico mexicano eleva la probabilidad de lluvia de invierno en los desiertos del noroeste del país, pero disminuye la fuerza del monzón de verano en el sur de México, y parece también tener un efecto importante sobre la probabilidad de huracanes extremos.
Los arrecifes coralines del corredor costero de Quintana Roo son uno de los ecosistemas biológicamente más diversos y económicamente más importantes del país.
Mantienen pesquerías de gran importancia, proporcionan protección a las costas contra la fuerza de los huracanes, y son el principal motor del próspero turismo costero de la región. Sin embargo, se encuentran amenazados por la contaminación de las aguas costeras provenientes de los grandes centros turísticos, la sobrepesca, la eutrofización proveniente del uso de fertilizantes y los sedimientos y la turbidez proveniente de los desmontes y la destrucción de manglares.
Migración... Los desplazados por razones ambientales siempre han existido. Sin embargo, en el presente y en un futuro no muy lejano, la velocidad y la escala de los desplazamientos marcarán la diferencia. Una razón por la cual los grupos humanos migran, es que los recursos de su entorno escasean o bien sufren un deterioro irreversible.
El cambio climático impone costos tanto a la sociedad como a los ecosistemas. El contexto socioeconómico de México y el crecimiento económico presentan inercias de uso de los recursos y servicios ambientales que los han llevado a un franco deterioro en varios casos. Esto, aunado al cambio climático, presenta un problema serio que se debe enfrentar como sociedad.
México es un país altamente vulnerable al cambio climático, como lo respaldan diversos estudios, algunos de los cuales señalan que la pérdida económica que un cambio en el medio ambiente podría rebasar los 6 puntos del PIB de nuestro país, e incluso, estos mismos estudios señalan que la vulnerabilidad de México ante el cambio climático implica que el 71 por ciento de su PIB será afectado por los impactos adversos de dicho fenómeno.
En el estudio "La economía del cambio climático en México" se señala que dichos impactos alcanzarán para el año 2100, en promedio, el 6.22 por ciento del PIB actual. Esto sin considerar actividades pecuarias y eventos extremos, el aumento en el nivel del mar, los costos por las pérdidas de biodiversidad y vidas humanas.
En dicho estudio se observa que los costos económicos de los impactos del cambio climático al 2100 serán al menos tres veces superiores que los costos de mitigación de 50 por ciento de nuestras emisiones, para 2050, que se calculan entre 0.70 por ciento y 2.21 por ciento del PIB.
Así, resulta eficiente actuar lo más pronto posible que seguir postergando las medidas que de una u otra forma tendremos que llevar a cabo si queremos asegurar nuestra permanencia en el planeta.
Todos los modelos coinciden en que, si la Humanidad sigue aumentando las emisiones de gases de efecto invernadero -y cambiando con ello la composición de la atmósfera, el planeta se calentará entre 1.8 y 4 grados centígrados, aunque podría ser más.
El nivel del mar puede aumentar de 16 a 59 centímetros y se multiplicarán e intensificarán las ondas de calor, las lluvias torrenciales y las sequías. En términos de los posibles impactos, podríamos decir que se agudizarían los impactos ya observados, y de manera explícita se afectarían a los sectores productivos humanos (agricultura, forestal, ganadera, pesquera, por ejemplo) y sistemas tan importantes para nuestras sociedades como los recursos hídricos, la biodiversidad y la salud humana.
Medidas contra cambio climático
En esta primera etapa de compromisos internacionales, las medidas que se toman se refieren principalmente a programas, estudios y evaluaciones que servirán como base para impulsar acciones concretas, algunas de las cuales arrancaron desde hace algunos años. En esta primera etapa de compromisos internacionales, las medidas que se están tomando se refieren a programas, estudios y evaluaciones que servirán como base para impulsar acciones concretas, algunas de las cuales arrancaron desde hace algunos años.
Existen programas en los sectores forestal y energético que incluyen acciones para mitigar el cambio climático. Entre ellos se encuentra el mercado de servicios ambientales por captura de carbono que en 2004 benefició a nivel nacional a un total de 251,585 hectáreas (Conafor, 2005).
En el sector energético, el horario de verano ha permitido, desde su instrumentación, el ahorro de 14 millones de barriles de petróleo y con ello se han dejado de emitir la atmósfera más de 12 millones de toneladas de contaminantes, de las cuales más de 90 por ciento corresponden a CO2.
¿Cómo identificar a la población que se verá afectada por los cambios hidrometeorológicos?
Según la Water Poverty Initiative (Sotelo, 2009), esta puede caracterizarse como:
*Aquellas personas cuya forma de vida se ve continuamente amenazada por fenómenos naturales como sequías o inundaciones.
*Quienes cuyos requerimientos de agua tienen que satisfacerse a costa de una inversión en tiempo e ingreso superior al valor estimado de su consumo de agua.
*Todos los que cuya forma de vida depende de la agricultura de subsistencia y cuya fuente de agua no es confiable.
*Aquellos cuya fuente de abastecimiento seguro de agua se encuentra a más de un kilómetro de distancia de sus hogares.
*Los que aun cuando viven en localidades con fuentes de agua superficial y subterránea disponibles, no pueden acceder a ellas, ya sea por la falta de definición de derechos de uso del recurso, por problemas derivados de la falta de infraestructura o por un manejo inadecuado del recurso (contaminación, azolvamiento, etcétera).
*Aquellos que se ven obligados a pagar un porcentaje alto (más de 5 por ciento) del ingreso familiar para obtener el agua que necesitan.
*Quienes cuya fuente de abastecimiento de agua se encuentra contaminada bacterióloga o químicamente y no pueden pagar o no tienen acceso a una fuente alternativa de aprovisionamiento.
*Grupos vulnerables (mujeres, niños y niñas) que invierten horas de su tiempo en la recolección de agua para uso doméstico y cuya serguridad, educación, productividad y estatus nutricional se pone en riesgo.
*Aquellos que viven en zonas con altos niveles de enfermedades asociadas con el agua (malaria, tracoma, cólera, etcétera). La tarea en este tema (falta explotar soluciones viables frente a las sequías y la evaluación del nivel del mar) involucra cuatro elementos básicos.
*Ampliar las formas de acceso al agua y asegurar su disponibilidad y seguridad para la satisfacción de necesidades básicas (saneamiento, higiene para la salud, control de residuos y lixiviados).
*Asegurar la disponibilidad de agua para la producción y la generación de ingresos (producir energía eléctrica aprovechando los flujos de entrada y de salida).
*Manejar de forma sustentable los servicios ambientales (gestión de cuentas y protección de las "fábricas de agua").
*Reducir la vulnerabilidad de diferentes grupos poblacionales ante riesgos hidrometeorológicos (sequías, inundaciones, deslaves, contaminación, etcétera).
Las 10 principales acciones para controlarlo de manera individual son:
1.- Cambia las bombillas. Reemplazar una bombilla tradicional por una de bajo consumo ahorra más de 45 kilogramos de dióxido de carbono (CO2) al año.
2.- Apaga la televisión y la PC. Solo con apagar la televisión, el DVD o el ordenador cuando no estén en uno evitarás que miles de kilos de CO2 salgan a la atmósfera.
3.- Conduce menos. Camina, monta en bicicleta, usa el transporte público. Ahorrarás 30 gramos de CO2 por cada 4.5 kilómetros que no conduzcas. Por cada litro de combustible que quema el motor de un coche, se libera una media de 2.5 kilos de CO2, según la Comisión Europea.
4.- Revisa los neumáticos. Si la presión de tus neumáticos baja 0.5 libras, tu coche consumirá un 2.5 por ciento de combustible y, por tanto, liberará un 2.5 por ciento más de CO2. El ahorro de cuatro litros de gasolina evita la emisión de seis kilos de bióxido de carbono.
5.- Recicla. Puedes ahorrar más de 730 kilos de CO2 al año al reciclar la mitad de la basura que se produce en casa.
6.- Evita mucho embalaje. Escoge productos con poco envase: una botella de 1.5 litros genera menos residuos que tres de medio litro. En la compra usa bolsas reutilizables. Evita toallitas húmedas y de papel. Puedes evitar la emisión de 1,100 kilos de CO2 si reduces tu basura un 10 por ciento.
7.- Menos agua caliente Es necesaria una gran cantidad de energía para calentar agua. Instala un regulador de caudal del agua en la ducha y evitarás la emisión de más de 100 kilos de bióxido de carbono al año. Lava con agua fría o tibia y ahorrarás 150 kilos de CO2. Ahorras agua caliente y gastas cuatro veces menos energía si en vez de un baño te das una ducha. Cierra el grifo mientras te lavas los dientes. Asegúrate que tus grifos no tengan fuga: el goteo de uno puede hacer perder un mes el agua suficiente para llenar una bañera.
8.- Vigila los electrodomésticos. Tapar la cazuela mientras cocinas en un modo de ahorrar mucha energía. Aún mejor son las ollas a presión y las vaporeras que ahorran un 70 por ciento de energía.
9.- Ajusta el termostato La oscilación de dos grados centígrados en invierno y en verano ahorra más de 600 kilos de bióxido de carbono por hogar en un solo año. Bajar la temperatura un grado puede reducir la factura de la calefacción entre un 5 y un 10 por ciento. Cuando ventiles tu casa, abre las ventanas unos minutos, no dejes escapar el calor mucho tiempo.
10.- Planta un árbol.