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Pierden negocios por plantón 240 mdp


A raíz de las protestas y plantones generados por miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) desde la aprobación de la Reforma Educativa y su tercera ley secundaria, los docentes han acorralado a la Ciudad de México por más de 50 días, ocasionando caos vial, social y económica, debido a que según cifras de la Cámara Nacional de Comercio Servicios y Turismo, desde su llegada, las pérdidas monetarias en hoteles y restaurantes, suman 240 millones de pesos.

Durante su "lucha" por los derechos del trabajador docente, el magisterio se instaló en el Zócalo capitalino el pasado 18 de agosto, después de la aprobación de la Ley de Servicio Profesional Docente, como una forma de presión a las autoridades y a los mismos capitalinos.

Esto debido a que su estancia, bloqueos y sus 48 marchas realizadas, provocaron una gran afectación en el comercio, que hasta su desalojo, el 13 de septiembre, alcanzó alrededor de 593 millones de pesos.

Sin embargo, las cifras siguen aumentando, al plantar su campamento en la Plaza de la República, inmovilizaron a miles de personas que trabajan o transitan por las avenidas más concurridas. Los negocios comenzaron a tener una disminución del 90% de clientela al día y el desempleo fue creciendo al tener que recortar personal o cerrar sus establecimientos.

"Con el 10% que vemos de ingresos al día, hemos tenido que bajar la plantilla de personal, de las 40 personas que trabajábamos hace 2 meses, hoy solo se puede cubrir y salir con los gastos de 18", detalló el gerente del restaurante Correo Español, Guillermo Pérez, quien por medidas de seguridad, afirma tiene que velar el establecimiento, pues en algunas ocasiones, los maestros se ponen a tomar y convivir de noche.

Muchos de los locatarios afirman no tener problemas con los maestros, expresando que "luchan por sus ideales y están en su derecho", mientras que otros, sí han sido víctimas de algún conflicto por la expansión de ellos a sus entradas, como lo cuenta el gerente del bar Crisanta, Israel Díaz.

"Nosotros pusimos una barricada antes que se expandiera para que no taparan nuestra entrada, y desde entonces ya hemos tenido dos peleas fuertes, una cuando quisieron ocupar ese espacio para su campamento y la otra cuando un grupo de maestros se opuso a que el dueño estacionara su carro frente al local para bajar mercancía, en esa ocasión un compañero sí resultó herido".

Debido a ello los locatarios han formado mesas de diálogo y mandado una serie de peticiones al gobierno del Distrito Federal y a la Delegación Cuauhtémoc para expresar su descontento y explicar las circunstancias en deterioro que presenta la plaza.

Francisco Mendoza, encargado del restaurante La Soldadera, culpa a la suciedad en que mantienen su campamento los maestros, además del olor que se desprende a lo largo de la tarde cuando en diferentes campamentos preparan su comida:

"Se desprende un olor horrible, lejos de oler a comida recién hecha, huele a la mezcla de todo, así a ninguna persona se le antoja entrar a comer a nuestros locales", expresó agradeciendo estos últimos días en que muchos maestros se han marchado a sus localidades.


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