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RETOMA CABALLITO EL TROTE

TERMINA RESTAURACIÓN DE ESCULTURA.

La obra fue 'limpiada' en 2013 con ácido nítrico, por lo que dejaron el metal expuesto

Pasaron más de tres años para quitar las manchas de corrosión a la estatua ecuestre de Carlos lV y, tras una ardua labor para devolverle la pátina que perdió, la obra de Manuel Tolsá vuelve a galopar en la Ciudad de México como el símbolo que fue desde 1803.


La figura no sólo fue reinaugurada ante la sociedad este miércoles, también recuperó su orgullo después de ser vulnerada con un tratamiento de ácido nítrico que le quitó su esencia, en septiembre de 2013.


Casi un año de trabajo en El Caballito pudo contrarrestar el daño que devoró hasta el 45 por ciento de su pátina, dejando partes de sus seis toneladas de bronce al descubierto, con coloraciones verdes y naranjas provocadas por la disolución del estaño y el zinc en su estructura.


El responsable de la catástrofe fue el Fideicomiso del Centro Histórico y la empresa Marina Restauración de Monumentos, quien tras una demanda por los daños ocasionados, le fue prohibido volver a prestar servicios de restauración al Gobierno durante 10 años.


Sin embargo, la restauración liderada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que integró a expertos en ramas de arquitectura, historia, sociología y química metalúrgica, logró conservar más del 30 por ciento de la superficie escultórica original y con ello, darle un nuevo tono al protector del Museo Nacional de Arte.


El monumento representa un momento clave de la Independencia y, si no hubiera sido resguardado por Lucas Alemán, la sociedad lo hubiera destruido en una demostración antiespañola, ya que Carlos lV representaba la opresión y monarquía de sus invasores.


No obstante, su verdadero valor radica en que es la segunda estatua fundida en bronce más grande del mundo y fue elaborada por uno de los más grandes artistas que vivió en la Nueva España en 1791.


La idea original para este símbolo histórico fue colocarlo en la plancha del Zócalo capitalino en honor a la nueva monarquía, durante la última etapa virreinal.


Pero al desatarse la guerra de independencia, el popularmente conocido como Caballito peregrinó desde la Universidad Pontificia de México y glorietas hasta su ubicación actual, frente al Palacio de Minería.


Recuento


2013

La recuperación de la estatua ecuestre tardó cuatro años. Para darle mantenimiento, la empresa Marina roció ácido a la estatua y le retiró la pátina.


19 DE SEPTIEMBRE Metro documenta cómo retiran la pátina a la estatua. Las obras de "mantenimiento" fueron encargadas por el Fideicomiso del Centro Histórico a la empresa Marina Restauración de Monumentos.


22 DE SEPTIEMBRE El Gobierno de la Ciudad entrega al INAH su proyecto, que ya llevaba 35% de avance.

8 DE OCTUBRE Confirma INAH que los daños provocados abarcaron un 50% de la superficie y son "irreversibles".

9 DE OCTUBRE Presenta el Gobierno de la Ciudad una denuncia contra quien resulte responsable, y el INAH hace lo propio dos días después. La empresa restauradora se defiende.

16 DE OCTUBRE El Gobierno capitalino suspende temporalmente a Marina Restauración de Monumentos.

8 DE DICIEMBRE Se anuncia que la empresa será inhabilitada por 10 años, y sancionan a cuatro funcionarios capitalinos.


2014

21 DE ABRIL Arrancan los estudios para la restauración de la estatua.


2015

24 DE JULIO Inti Muñoz es relevado de la dirección del Fideicomiso.


20 DE OCTUBRE El extinto Conaculta asume las riendas de la restauración.


2016

20 DE ABRIL Se informa que la empresa Megarquitectos se perfila como la nueva responsable de la restauración.


Dos días después, la Secretaría de Cultura anuncia que el INAH será el encargado de los trabajos.


1 DE NOVIEMBRE Concluye INAH diagnóstico y comienza restauración.


2017

28 de junio Develan la estatua ya restaurada, con una nueva pátina.



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