UNA CENTRAL SOLIDARIA
A pesar de vivir desesperación y angustia tras el sismo, los trabajadores de la Central de Abasto se convirtieron en un apoyo singular para los damnificados, pues a primera hora del 20 de septiembre estaban listos para cargar víveres y donar insumos en su propio centro de acopio.
"El primer día se fueron las primeras 10 toneladas que mandamos; cuando me tocó dar un mensaje la verdad es que se me quebraba la voz, porque estás muy sensible con lo que acaba de pasar y, además, por ver todo ese ánimo de los compañeros que están colaborando", contó Sergio Palacios, Coordinador y Administrador de la CEDA.
Cajas con fruta, artículos de higiene y despensas completas fueron algunos de los productos de los que locatarios se desprendieron para ayudar a sus compatriotas afectados.
Sin preocuparse por los productos que venderían en su puesto ni por las pérdidas que pudieran ocasionarles, trabajadores de la Ceda aportaron su granito de arena de acuerdo a sus posibilidades.
"Hubo un caso que contrastó mucho. Llegó una señora con un manojo de rábanos, literalmente, y esa fue su aportación, al mismo tiempo un abarrotero muy importante descargaba mil 200 despensas de siete kilos cada una", contó Palacios.
Asimismo, al tener un acopio repleto de abarrotes y alimentos frescos, la administración planeó una colecta especial para las mascotas perdidas y, buscando el patrocinio de una empresa de prestigio, logró socorrer a este tipo de albergues.
"Una marca comercial nos donó casi una tonelada y nosotros complementamos otros 200 y pico de kilos", dijo.
Además, al pasar los días y la gente regresar a sus actividades diarias, la Central de Abasto compró de cartera propia insumos para no bajar su rendimiento de apoyo.
"Un domingo que se cayó un poquito el apoyo de la gente, pagamos aquí una tonelada de papa, una de cebolla y otros productos, porque ya traíamos una constante de entrega y no queríamos perderla", expresó el coordinador.