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LA ACADEMIA, SU SEGUNDO HOGAR

La danza clásica se ha convertido en un estilo de vida para todas las estudiantes de la Academia de Ballet de Lomas Verdes, quienes han crecido ahí y la consideran su segundo hogar.

Paola, de 18 años, aprendió a bailar al mismo tiempo que a caminar, pues desde los tres años forma parte de ABL y ha documentado su talento junto a su crecimiento personal.


Gracias al amor por la danza, Paola inspiró a su hermana menor para seguir sus pasos de bailarina, aunque ella sólo lo ve como un hobbie, ya que tiene otras aspiraciones profesionales en mente.


Karla tiene 14 años e igual que su hermana conoció la academia cuando apenas aprendía a hablar; sin embargo, ellas dos son sólo un ejemplo de toda una familia de bailarines.


"Desde los dos años veo a mis hermanos bailar, somos tres niñas y un niño. A los tres años me metieron aquí y siempre mis hermanas han sido mi inspiración para seguir bailando", comentó Karla.


Con el apoyo de su padre y una madre bailarina, los cuatro hermanos tuvieron su acercamiento al ballet desde temprana edad y a pesar de ya no vivir cerca de la zona, todos los días se trasladan de Coyoacán a la Heliplaza de Lomas Verdes.


Como este caso, está el de Regina, quien también estudia en ABL desde hace 10 años y como Paola, no ve en el ballet un futuro profesional, ya que es un amor al arte más que una inspiración vocacional.


"Yo estoy estudiando enfermería en la universidad, porque a parte combinar todo el ámbito de la salud combina el comunicólogo y tiene mucha filosofía y psicología... me gustó esa combinación", contó.

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