'Por amenaza, ya ni puedo llevar flores'
Testimonio parte II: Homicidio y corrupción Recibe Griselda Martínez intimidaciones de cómplices de los homicidas
de su hijo y comentarios para desistir de su investigación.
Durante el asalto en Paseo de la Reforma, a Josué Emmanuel Borja Martínez no sólo le fueron arrebatados el celular, identificaciones y un sobre con su última quincena cobrada, también le quitaron la vida.
"Yo visitaba la cruz de mi hijo casi todo el tiempo, me escapaba para estar sola con él. Ahora ya no puedo ir ni a ponerle flores porque me amenazan", señaló Griselda Martínez, mamá de Josué.
Ya pasaron 17 meses y, aunque su familia ha sido amenazada de muerte, la investigación del crimen ocurrido el 16 de enero de 2018 no avanza en la Coordinación Territorial Cuauhtémoc 4.
Luego del homicidio, por el que una persona fue detenida y mantiene un proceso penal desde el Reclusorio Norte, los otros dos implicados siguen libres y buscan, a través de intimidaciones, no ser identificados.
"Se me acercaron personas (el día del crimen), entre ellas el señor Raúl. Él fue el que me dijo que lo vio todo cuando atacaron a mi hijo.
"Me dijo que eran tres: la persona que está detenida, otro tipo moreno y robusto, y uno alto, güero, de ojos claros, con tatuajes en el cuello", cuenta Griselda.
Durante sus visitas a la cruz de su hijo, una mujer se acercó a Griselda y le dijo que conocía a uno de los agresores, pues le había confesado el homicidio.
"Me dijo que tenía que decirme algo, pero tenía mucho miedo. La llevé a un restaurante y ahí me dijo que era pareja de uno de los agresores de mi hijo, al que le dicen "El Ruso", y que él le había confesado que lo habían matado.
"Le dijo que cuando él vio que su compañero había picado a mi hijo, que le estaba saliendo mucha sangre y le puso unos trapos en el cuello para que dejara de sangrar... Cuando nos entregaron sus pertenencias, mi hijo sí tenía ropa que no era de él", explica la mujer.
Griselda grabó a la mujer en video e hizo que firmara una confesión; además dio parte a las autoridades y, ya que tenía intenciones de declarar en contra de su ex pareja, pidió su protección.
Sin embargo, esto no fue suficiente, en la Coordinación Territorial Cuauhtémoc 4 le pidieron a Griselda que dejara de investigar y los dejara hacer su trabajo.
El tiempo pasó, las autoridades nunca buscaron a la joven y cuando Griselda volvió a encontrarla, se negó a apoyarla en el proceso, pues los implicados la golpearon hasta hacerla perder al bebé que esperaba al enterarse de que había hablado con la familia de Josué.
Ahora, durante sus visitas a la cruz de Josué, tras conseguir descripciones y nombres de los posibles cómplices, Griselda comenzó a recibir amenazas.
"Han pasado y me dicen que deje las cosas ya como están, que ya no le mueva, me han dicho que si valoro mi vida que deje de investigar.
"Me han tomado fotografías, los mismos comerciantes saben quiénes son y los encubren", cuenta. REFORMA publicó ayer que Griselda Martínez encontró a su hijo desangrado y muerto frente a la estación del Metro Garibaldi, por lo que comenzó a realizar su propia investigación.
"Mi hijo era un muchacho trabajador. Soy la única que dependía económicamente y directamente de él, era un muchacho que no tenía vicios, no fumaba, no tomaba". Griselda Martínez, madre de Josué
Y pide justicia laboral también Pese a que Josué Emmanuel Borja Martínez trabajó casi 4 años para la cadena de restaurantes Sanborns, los procesos legales en busca de un pago justo tras su muerte ya tienen agotada a la familia.
Tanto la empresa como el sindicato de trabajadores fueron demandados por el seguro de vida, horas extra y hasta una indemnización a nombre del difunto garrotero.
"Nos entregaron 79 mil pesos por el seguro de vida, que porque tienen contratado un seguro colectivo y sólo eso le correspondía a mi hijo.
"Nunca nos han dado un papel, un contrato ni hemos visto nada en lo que les haya firmado mi hijo", comenta Gisela Martínez.
La mujer, quien dependía directamente del salario de Josué, aclara que tras año y medio de audiencias con Sanborns no han podido llegar a un acuerdo y la empresa, incluso, se rehúsa a demostrarle a la familia los montos que bajo contrato les correspondería por ley.
"En la última junta que tuvimos, el abogado de Sanborns nos pidió permiso para tomarle una foto a la demanda y nos dijo 'es que no me creen que están demandados'", narra lsa mujer.