'YA NO EXISTEN PELEAS A PUÑO LIMPIO'

El objetivo es no golpear, sino utilizar tu cuerpo para evadir agresiones. Eso es lo que enseña Carlos Villagrán en las clases de defensa personal y desarme de CISPE.

"No es un deporte, a diferencia del karate, el taekwondo o el judo, esas son disciplinas marciales controladas. En la calle no hay reglas", explica el hombre con 24 años de experiencia en sistemas y estrategias tácticas de seguridad.

La clase es impartida a mujeres, hombres y niños que busquen saber defenderse en caso de un ataque físico.

"Aquí se trabaja un 90 por ciento en prevención, 5 por ciento disuasión y 5 por ciento acción".

En la primera, explica Villagrán, se enseña a romper con distractores y reconocer riesgos; en la segunda, se busca evitar el conflicto; y en la tercera, se realizan maniobras de protección.

"Nunca te deben agarrar con las manos abajo, siempre a la altura del pecho. Ya en una situación inevitable, lo mejor es atacar zonas vulnerables: nariz, boca, barbilla o garganta, para hacerlo bajar la guardia y correr.

"Ya no existen peleas de caballeros, no podemos esperar peleas a puño limpio. Hay que estar preparados con movimientos instintivos en caso de que vengan armados", dice.

Por ello, el curso incluye maniobras para evitar heridas por armas blancas o de fuego e, incluso, para desarmar al atacante con seguridad.

"Lo primero es generar distancia. En un asalto, por ejemplo, siempre es preferente entregar las pertenencias, si existen las condiciones se desarma, pero siempre es la prioridad proteger tu vida", narra.

Entre las maniobras se les enseña, entre muchas otras, a salir de la zona de fuego en caso de detonación y a herir el brazo dominante del atacante para que suelte el arma y se pueda huir.